TANTRA: SEXUALIDAD Y ESPIRITUALIDAD

Hemos llegado ya al último de nuestra serie de artículos sobre el sexo y vamos a hablar del Tantra y el sexo como un medio para el crecimiento espiritual .

Una característica única del Tantra es el reconocimiento de nuestra naturaleza sexual. Ninguna otra práctica esotérica, creencia religiosa o sistema espiritual celebra nuestra sexualidad. Todos la reprimen, culpabilizan o ignoran.

Es dificil ser tántrico en nuestra cultura tan confundida acerca de la sexualidad. Hay presiones para inhibir la expresión de nuestra sexualidad, pero nunca podemos liberarnos del sexo reprimiéndolo. Intentar evitar el sexo crea obsesión y la energía sexual no liberada da lugar a neurosis y violencia. Somos esclavos de nuestra sexualidad pero no se nos permite disfrutarla. El Tantra nos enseña a ser dueños y no esclavos de nuestra sexualidad.

¿Por qué muchas veces nos sentimos decepcionados después del acto sexual? Porque muchos de nosotros nos parecemos a quien posee un valioso Stradivarius pero no sabe tocarlo. Todos podemos alcanzar el éxtasis pero no sabemos cómo.

Para el Tantra el éxtasis es la experiencia de lo divino lograda a través de la trascendencia del ego. Este es un estado el que posiblemente estamos todos de niños, pero la progresiva aparición del ego nos hace darnos cuenta dolorosamente de nuestra sepración de la madre y del resto del mundo y cuando a llegamos a adultos somos islas perdidas en un Universo sin sentido o, peor aún, hostil. El Tantra nos enseña nos enseña a disolver las fronteras del ego y sentirnos parte de la naturaleza, del Universo y de Dios.

Los cuatro principios del Tantra son muy sencillos (aunque no fáciles):

ESTAR AQUI Y AHORA: La habilidad de estar totalmente presente es lo que nos enseña la meditación. Es fácil pensar que lo sabemos hacer, pero como todas las habilidades necesita mucha práctica porque nuestra mente está acostumbrada a perderse en lamentaciones sobre el pasado o miedos infundados sobre el futuro que nos apartan del aquí y ahora.

ABRIR EL CORAZON: Una vez que hemos logrado estar totalmente presentes aquí y ahora debemos permitir que nuestro corazón y nuestros sentimientos se abran. Tampoco es fácil.

DISOLVER EL EGO: Este paso es realmente difícil. Al ego le encanta ser el protagonista de la película y decidir quien eres o quien deberías ser. Algunos de sus aspectos más omnipresentes son el crítico, el juez, el culpabilizador y el proyector. Estos mecanismos son necesarios para la supervivencia diaria, pero nos separan de los otros y de nuestra naturaleza divina.

FUNDIRSE CON EL UNIVERSO: Si hemos seguido los tres pasos anteriores estaremos automaticamente en un estado distinto de conciencia, un estado divino de fusión con el Universo. Lograr esto simultaneamente con otro ser humano es absolutamente mágico.

Ya hemos llegado al final de los cuatro principios y aún no hemos hablado de sexo. En Tantra el sexo es sólo el principio, no el fin. Esperamos que esta serie de artículos sea para tod@s vosotr@s el principio de una nueva forma de ver el sexo.